Queridos y valerosos niñas y niños del futuro:
Esta carta que os acaba de llegar y que
tenéis ante vosotros no es una carta cualquiera, es una carta especial: esta
carta os llega, como si atravesara un océano de tiempo, desde el siglo XIX.
“¿El siglo XIX?”, diréis, “¡pero eso
queda muy lejos!”. Efectivamente, el mundo era entonces muy distinto. No había
ordenadores, ni teléfonos móviles, ni televisión ni muchas otras cosas que
ahora os parecen muy normales. Sin embargo, algunas de esas cosas que entonces
todavía no existían, como los viajes espaciales y los submarinos, yo las
imaginé, y pasados los años otras personas fueron capaces de encontrar el modo
de hacerlas realidad.
Fijaos bien en lo que acabo de decir:
primero yo imaginé cosas que no existían; después vinieron personas que las
hicieron posibles. Es decir, es la imaginación es la que va delante, y los
científicos e inventores la siguen detrás. ¡Realmente estoy convencido de que
cualquier cosa que una persona pueda imaginar, otra puede encontrar la manera
de realizarla!
Pues bien, esta carta tiene como objeto
contaros un secreto (¡en voz baja, por favor, no sea que todo el mundo se
entere! ¿Seguro que podemos fiarnos?...Está bien, allá va):
AUNQUE EL SER HUMANO HA
INVENTADO YA MUCHAS COSAS, SON MUCHAS MÁS LAS QUE NADIE HA INVENTADO TODAVÍA.
Ya sé que parece difícil
de creer. Después de todo, el mundo está lleno de aparatos supermodernos que
hacen maravillas. Pero os aseguro que es cierto: lo que se ha inventado hasta
ahora no es nada comparado con lo que aún queda por inventar. ¡Y hacen falta
más inventos! Nuestro mundo tiene problemas que todavía no sabemos resolver: hay
enfermedades que los médicos todavía no saben cómo curar; los coches en los que
viajamos contaminan la naturaleza y necesitamos otros que no ensucien tanto el
aire; millones de personas en el mundo son pobres y no tienen apenas ropa
ni alimentos… Resumiendo: ¡Al mundo en el que vivimos le falta mucho para ser
perfecto!
“¿Y de dónde van a salir todos esos
inventos?”, me preguntaréis. Pues bien, acordaos de lo que os dije al
principio: la imaginación va delante creando ideas, después llegan otros y las
hacen realidad. Los inventos nacen, antes que nada, en la mente de las
personas.
Eso significa que a este mundo lo que
le hace falta es imaginación, gente creativa que tenga ideas nuevas, personas
capaces de imaginar un mundo nuevo dentro de su cabeza para que luego vengan
otras y lo construyan. ¿Estáis dispuestas y dispuestos a echar una mano?
Una buena manera de empezar a haceros amigos
de la imaginación es leer los libros que escribí. En ellos conoceréis lugares y gentes de costumbres exóticas,
descenderéis a lo profundo de la tierra y del mar, cruzaréis el espacio y
llegaréis a la luna… y muchas otras aventuras. Y haciendo esos viajes conmigo
descubriréis quizá que la vida es más bonita cuando en ella hay misterio y no
dejamos de explorar, de descubrir y de soñar.
Un cordial saludo.
JULIO VERNE
PD:
Esta son algunas de mis obras:
Viaje al Centro de la Tierra
De la Tierra a la Luna
20000 leguas de viaje submarino.
La vuelta al mundo en 80 días.